Esta vivienda de tres pisos está situada en las afueras de Frutillar, y fue diseñada aprovechando los desniveles del terreno. La parte inferior de la casa alberga el estacionamiento y las bodegas.
En el interior, se utilizaron diversas maderas recicladas, tanto en la estructura a la vista como en los pavimentos de madera, algunos cielos y muros, creando una atmósfera cálida y sostenible.
El revestimiento exterior de los muros combina tejuelas de alerce con piedras de río locales, integrando la vivienda armoniosamente con el entorno natural.