Esta casa de campo de dos pisos está emplazada en una pampa junto al río Bueno. Se conecta mediante un corredor a otro edificio, un galpón que alberga el estacionamiento, una leñera, un quincho y un dormitorio comunitario en su segundo nivel.

La estructura de la vivienda se compone de pilares y vigas de laurel a la vista, aportando un acabado natural y rústico. Los pavimentos interiores son de tablas de laurel en el primer piso, mientras que en el segundo se utilizó roble reciclado, proporcionando un contraste cálido y duradero.
El revestimiento exterior combina tingle de ciprés con tejuelas de alerce en la parte superior, logrando una integración armoniosa con el paisaje circundante y asegurando la durabilidad frente a las condiciones climáticas locales.