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ÉNFASIS EN LO ARTESANAL

Necesitamos enaltecer y valorar los oficios ancestrales y locales, los cuales, al igual que en la naturaleza, hay muchos en peligro de extinción. Se trata de adoptar una postura desde el punto de vista artesanal como contrapuesto a lo industrial.

Queremos incentivar a trabajar con una estética artesanal, recuperando los oficios que se han transmitido de generación en generación, y que están cada vez más en vías de desaparecer.

La idea es que la mayoría de los elementos que se hagan, como ventanas, puertas, muebles, chimeneas, entre otros, sean elaborados por la mano del hombre, y así la belleza de estos objetos reflejen el tiempo de elaboración dedicado a ellos.

Si bien la tecnología está a nuestra entera disposición, no podemos subordinarnos a ella, sino más bien usarla como una herramienta para el desarrollo de los procesos constructivos. De esta manera se hace partícipe e involucra directamente la mano de obra local.

Desarrollamos una suerte de “Diseño de Guerrilla”, en donde, a medida que avanzan las obras, se arremete para hacer ajustes y cambios, para luego retraerse, reflexionar, y mirar nuevamente desde afuera la evolución de esta.

Se busca trabajar en un espacio, en un rango entre la arquitectura y el arte, a la manera de un conjunto de jazz, en donde cada nota sucede a la otra en un espacio de tiempo que es imposible predeterminar, y que va apareciendo en el momento. Esto requiere presencia frecuente en las obras.

ICONOGRAFÍA DE ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS & DE DISEÑO

Cuando tenemos un conjunto de construcciones en un mismo lugar, queremos que cada una sea distinta a la otra, con su forma particular, pero sin perder el hilo conductor en cuanto al diseño. Algo así como lo que sucede con una  mano, que tiene cinco dedos, cada uno diferente del otro, pero que juntos conforman un todo armónico.

No existen detalles menores, son los detalles los que van a determinar que una obra sea bella o especial. Cada mínima cosa debe tener una característica propia, una razón de ser, y una forma particular que la identifique. Los buenos diseños se juegan en estos detalles.

Las casas deben ser concebidas como un todo. Cada elemento que la compone debe estar en perfecta armonía con el otro, y estos a su vez con el espacio que los contiene.

RECICLAJE

Existe cierta tendencia a creer que lo usado carece de valor, o que lleva implícita una calidad inferior con respecto al producto nuevo, lo cual ha producido en los últimos años una fiebre por los productos desechables. Esto ha traído innumerables consecuencias para nuestro medioambiente.

Lo “viejo” no tiene cabida dentro de la arquitectura moderna y las nuevas tecnologías que imperan en nuestros días.

Nunca debemos dejar de pensar en el impacto que tendrán los edificios en nuestro medio ambiente, ya que el rubro de la construcción es uno de los más contaminantes y demandantes de energía dentro de las actividades humanas.

Pensamos en el reciclaje como el elemento fundamental para la construcción de nuestras obras, a la re-utilización de los materiales desechados, prolongando la vida útil de estos al incorporarlos en nuestros edificios.

RECONOCIMIENTO DEL LUGAR E IDENTIDAD

Toda obra debe establecer un diálogo armónico con su entorno, para que las construcciones participen de una manera sutil con los escenarios naturales, integrándose como un “complemento” y no como una distorsión de este. De aquí deviene el hacer formas simples, austeras de piel, en donde los colores, texturas, y volúmenes exteriores se sometan al lugar formando parte íntegra de él.

Cuando tienes que intervenir un bosque, una pampa, o lugares donde no existen leyes urbanas, debes comenzar a observar y comprender el lugar, descubrir sus propias leyes, para luego incorporarlas al momento de desarrollar el proyecto.

Constantemente vemos que la arquitectura predominante en estos días proviene de conceptos abstractos, inventados y fundamentados en la teoría de las palabras, es la forma por la forma, una arquitectura caprichosa y pretenciosa.

Necesitamos “proyectar con la naturaleza” y no en contra de ella. La idea es que las personas que habitan el lugar a través del tiempo, se sientan identificadas con el tipo de arquitectura que proponemos.

La buena Arquitectura debe ser concebida tomando en cuenta la cultura del lugar, su gente, su historia, la geografía, el clima, todos estos elementos son los que de alguna manera vienen a determinar la identidad de las obras. Son herramientas que nos ofrece la naturaleza para cultivar una arquitectura propia, que tiene sus fundamentos firmemente posados sobre la tierra.

SUSTENTABILIDAD

Principalmente, los edificios debieran pensarse en su proceso completo, desde su gestación (en la mente y cuaderno del arquitecto), hasta su desaparición, una vez cumplida su vida útil, tomando en cuenta la optimización de los recursos naturales que se disponen en el lugar donde se construirá éste.

La idea es aprovechar al máximo los recursos renovables que nos pueda brindar un determinado lugar, ya sea por medio del sol, el viento, y el agua principalmente. Como referencia, en el consumo de una vivienda, el 57% corresponde a calefacción, el 25% a la producción de agua caliente sanitaria, el 11% a iluminación y electrodomésticos, y el 7% restante a otros factores.

La idea es aprovechar estos recursos naturales preferentemente, de una manera “pasiva”, tomando en cuenta el emplazamiento y la orientación de los edificios en función de capturar mayor cantidad de iluminación (calor), y ventilación natural, aprovechamiento de pendientes y vegetación como barreras naturales de protección contra vientos y lluvias, utilización de materiales reciclados, entre otros factores, los que serán determinantes para reducir la demanda energética necesaria, tanto para el proceso constructivo de esta como para su posterior uso.

La idea general es que la mayoría de los materiales utilizados, una vez cumplida su vida útil, puedan ser reutilizados nuevamente, o simplemente volver a la tierra desde donde vinieron, razón por la cual debemos tratar de evitar materiales que no sean biodegradables.

Sin duda, en relación a lo expuesto anteriormente, un factor primordial es la envolvente térmica de los edificios. Implementar con buena aislación un edificio puede significar un incremento en la inversión inicial, sin embargo, ésta se recuperará en poco tiempo. Es fundamental disminuir al máximo el intercambio de temperatura entre el interior y exterior de un edificio, ya sea a través  de los materiales como por infiltraciones de aire, poniendo especial énfasis en aislar muy bien pisos, muros y techos, ya que al minimizar las pérdidas de calor, se logra mantener un ambiente grato en su interior, disminuyendo considerablemente el gasto de combustible.

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