Necesitamos enaltecer y valorar los oficios ancestrales y locales, los cuales, al igual que en la naturaleza, hay muchos en peligro de extinción. Se trata de adoptar una postura desde el punto de vista artesanal como contrapuesto a lo industrial.
Queremos incentivar a trabajar con una estética artesanal, recuperando los oficios que se han transmitido de generación en generación, y que están cada vez más en vías de desaparecer.
La idea es que la mayoría de los elementos que se hagan, como ventanas, puertas, muebles, chimeneas, entre otros, sean elaborados por la mano del hombre, y así la belleza de estos objetos reflejen el tiempo de elaboración dedicado a ellos.
Si bien la tecnología está a nuestra entera disposición, no podemos subordinarnos a ella, sino más bien usarla como una herramienta para el desarrollo de los procesos constructivos. De esta manera se hace partícipe e involucra directamente la mano de obra local.
Desarrollamos una suerte de “Diseño de Guerrilla”, en donde, a medida que avanzan las obras, se arremete para hacer ajustes y cambios, para luego retraerse, reflexionar, y mirar nuevamente desde afuera la evolución de esta.
Se busca trabajar en un espacio, en un rango entre la arquitectura y el arte, a la manera de un conjunto de jazz, en donde cada nota sucede a la otra en un espacio de tiempo que es imposible predeterminar, y que va apareciendo en el momento. Esto requiere presencia frecuente en las obras.